Fabricamos tarima maciza en nuestras instalaciones del Chaco paraguayo.
Allí nos preocupamos por cuidar y replantar especies para conseguir el desarrollo sostenible de nuestra materia prima. Son tarimas idóneas para suelos con calefacción, radiante como el Guayacán y el Algarrobo negro; o bien especies con una óptima dureza, estabilidad y durabilidad como el Curupay, Lapacho, Palo blanco o Curuguay.
Durante la fabricación seguimos un minucioso proceso, con especial atención al secado donde cada especie cuenta con su propia programación y su tiempo específico. El mismo esmero se dedica al acabado final de la madera, con equipos sofisticados de última generación que se encargan de proporcionar las medidas y los tratamientos de lijado y barnizado adecuados para conseguir una tarima sin fallas, desechando cualquier madera con un mínimo defecto.